Salud

Hipertensión arterial, generalidades


¿Sabía usted que es raro que la hipertensión produzca síntomas como dolor de cabeza, sangrado por la nariz o sudoración?

La hipertensión arterial es la elevación sostenida de la presión arterial por encima de los valores normales (120/80 mm Hg). La mayoría de veces pasa desapercibida dado que no produce síntomas, y su identificación se hace en las consultas de rutina por parte del médico o de la enfermera. 

Sólo en raras ocasiones las cifras aumentan tanto que pueden llegar a producir malestar y síntomas como dolor de cabeza, visión borrosa, náuseas, mareos, pérdida de la sensibilidad o de la motricidad de alguna parte del cuerpo, entre otros. Esto sucede en personas que no llevan un adecuado a de la tensión o en aquellas que nunca se han enterado que sufren de hipertensión y ésta ha avanzado tanto, que produce estas complicaciones. 

Por eso es importante que usted se haga chequeos de rutina, visite a su médico, y si es mayor de 40 años pida que le tomen la tensión arterial en la consulta general, al menos una vez al año. Recuerde que siempre es mejor prevenir que lamentar. 
¡Ah! y la primera causa de sangrado por la nariz NO es la hipertensión (esto sólo ocurre en el 6% de los hipertensos) sino la ruptura de vasitos sanguíneos ya sea por alergias, cambios drásticos de clima, entre otras. 

Si la hipertensión no se diagnostica a tiempo o usted no lleva un adecuado control de la enfermedad puede tener complicaciones y poner en riesgo su vida.

La hipertensión arterial, aunque es una enfermedad crónica, se puede controlar y permitirle llevar una vida normal. ¡El 90% depende de usted! Si asiste a los controles regulares con su médico, si sigue al pie de la letra las indicaciones sobre los medicamentos que debe tomar y, más importante aún, si cambia el estilo de vida por uno más sano con dieta rica en frutas y verduras y ejercicio, lo más seguro es que usted no vaya a presentar complicaciones. 

La hipertensión puede afectar sus riñones y hacer que estos trabajen menos y no cumplan bien su papel de filtro de impurezas en el organismo; puede también aumentar el tamaño del corazón y por consiguiente usted tendrá fatiga y retención de líquidos; la hipertensión también es la culpable de los infartos tanto cardiaco como cerebral que consiguen dejar secuelas en diferentes partes del cuerpo. Otro órgano que se puede afectar es el ojo y, al dañar la retina, hay alteraciones de la visión.


Producido por Editorial Maldonado