Salud

Síndrome de Hiperactividad


Seguro que usted ha escuchado decir, cuando alguien ve a un niño inquieto o hiperactivo, “ese niño seguro sufre de trastorno de hiperactividad”. Hay que tener cuidado, ya que el síndrome de hiperactividad es una enfermedad que tiene muchas más características que simplemente un niño que no se queda quieto. Acá despejamos algunas dudas.

¿Qué es el síndrome de hiperactividad?

El síndrome de hiperactividad es una combinación de problemas que incluyen dificultad para mantener la atención, realización de actividad intensa o excesiva y una conducta o actuación impulsiva que en ocasiones puede ser agresiva o retadora.

Es un problema crónico que afecta millones de niños en todo el mundo, que con frecuencia persiste en el adulto y es más frecuente en los niños que en las niñas.

¿Hay factores de riesgo para presentar el síndrome?

Ciertos factores pueden constituir elementos de riesgo del síndrome de hiperactividad como: La historia familiar (padres o hermanos), el uso de drogas o cigarrillo por parte de la madre durante el embarazo y un parto prematuro.

Los niños con síndrome de hiperactividad tienen problemas en sus relaciones interpersonales, una autoestima baja y un desempeño escolar pobre. Como es obvio, para los padres, la familia y las escuelas, hay problemas inherentes.

Es importante saber que no todos los niños tienen el mismo grado de actividad y que cada caso se analiza de manera individual.  

¿Cómo identifico si mi hijo presenta el síndrome de hiperactividad?

Detallaremos las principales manifestaciones del síndrome de hiperactividad con el fin de darles a los padres los signos y síntomas más frecuentes que se pueden observar a temprana edad:

  • Dificultad para prestar atención.
  • El niño parece “despalomado” o soñando despierto y se distrae con facilidad.
  • Dificultad para seguir y culminar las instrucciones, como si aparentemente no escuchara.
  • Problemas para organizar las actividades diarias.
  • Olvido frecuente y perdida de elementos necesarios en el día a día como libros, lápices o juguetes.
  • Dificultad para permanecer en su sitio (por ejemplo, la silla de la escuela o el lugar asignado en casa para hacer las tareas).
  • Excesivamente “parlanchín”, no se puede quedar callado y con frecuencia interrumpe o se mete en las conversaciones o juegos de otros.
  • Dificultad para esperar su turno.
  • Tendencia a accidentes.
  • Trastornos emocionales, ansiedad, depresión, trastornos de la conducta y alteraciones o trastornos del lenguaje.

Si usted sospecha el síndrome busque ayuda profesional

El diagnóstico del síndrome de hiperactividad es con frecuencia difícil sobre todo en los niños pequeños. Por esa razón, los padres o los maestros pueden sospechar la condición, no obstante, de allí en adelante todo depende de la consulta con especialistas como psicólogos, psiquiatras infantiles, terapeutas del lenguaje o pediatras con especialidad en el desarrollo.

La mejor manera de manejarlo, es mediante la labor consensuada de familiares, profesionales y maestros.

¿Qué puedo hacer como padre para ayudar a mi hijo/a?

El niño con síndrome de hiperactividad debe recibir mucho afecto y dedicación de tiempo. Se debe trabajar en mejorar su autoestima y ayudarlo a organizar su vida diaria, sus tareas y labores.

Producido por Editorial Maldonado